INGREDIENTES (4 personas)
Para cuatro cazadores que hayan pasado el fin de semana jugando al póker y tengan la conciencia tranquila por no haber matado a la mamá de Bamby.
- 2 Kg. de carne de venado
- 2 cebollas
- 2 zanahorias
- 5 dientes de ajo
- 1 Pimiento rojo
- 2 cucharadas de tomate frito.
- 1 botella de Altozano Cabernet Sauvignon
- Especias: tomillo, romero, laurel, clavo (ojo, solo uno, salvo que guste mucho a los comensales), vainilla o canela (también con cuidado, solo es para dar complejidad pero no debe prevalecer)
- 2 Kg. de carne de venado
- 2 cebollas
- 2 zanahorias
- 5 dientes de ajo
- 1 Pimiento rojo
- 2 cucharadas de tomate frito.
- 1 botella de Altozano Cabernet Sauvignon
- Especias: tomillo, romero, laurel, clavo (ojo, solo uno, salvo que guste mucho a los comensales), vainilla o canela (también con cuidado, solo es para dar complejidad pero no debe prevalecer)
Puesta en marcha:
Como el ciervo ya viene limpio, pues no hay ni que matarlo, ni desollarlo, ni nada, sencillamente, a la olla, eso sí, que no sea metálica porque el vino reacciona y se pone ácido (puede ser un túper de plástico o una fuente de cristal). Se añaden las especias y se cubre con el vino. Así debe permanecer de un día para otro, pero conviene darle un par de vueltas de vez en cuando para que coja el aliño por igual.
Ya en los fogones, hacemos un sofrito con la cebolla picada, los ajos ligeramente machacados con la palma del cuchillo y el pimiento cortado menudo. Cuando empiece a dorarse, añadimos la carne (bien escurrida para que no salte y se selle rápidamente), rehogamos bien y añadimos el vino de la maceración, pero colado (las especias ya habrán soltado sus aromas), y un poco de tomate frito. Así debe cocer lentamente durante una hora y destapado, para que se vapore todo el alcohol. Al ser carne de granja, con esto ya estará tierna, pero si usamos ciervo salvaje, conviene probar porque puede necesitar otra hora o más.
Retiramos los trozos de carne y pasamos la salsa por el pasapurés. Veremos que ofrece un color amoratado de lo menos apetecible, por eso necesita un periodo de reposo para que se oxide, a ser posible de un día para otro, de esa forma y casi milagrosamente, todo el guiso adquirirá ese clásico color marrón, como si llevase chocolate y hasta los sabores acres del vino, se tornarán casi dulzones, cálidos y otoñales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario